Las amarilis son flores muy hermosas, perfectas para decorar cualquier espacio dentro del hogar. Cada vez que llega la época de floración, ya sea en invierno o en primavera, esta bonita flor nos permite apreciar y disfrutar de uno de los espectáculos más hermosos que podamos ver y donde la belleza es la protagonista principal, estamos hablando de su floración.
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Características de la Amarilis
Cuando compramos este tipo de planta o cuando la regamos, generalmente suelen tener un floreado abundante, sin embargo, una vez que transcurre el tiempo en el que se mantienen sus flores, todo cambia y no vuelve a ser lo mismo.
La planta de amarilis posee un proceso de floración bastante largo, de hecho, es uno de los más duraderos que existen, ya que el mismo puede mantenerse durante semanas e incluso meses.
Si después de que termine su floración deseas que dentro de algunos meses se convierta nuevamente en una planta llena de abundantes flores coloridas y vistosas, entonces debes cumplir con ciertos parámetros para lograrlo.
Pasos a seguir para hacer que la planta de amarilis florezca una vez más
Cuando se trata de este tipo de plantas, uno de los errores más comunes que a su vez suele ser uno de los más perjudiciales, es el de no quitar las flores que se marchitan y mueren.
Al dejar flores muertas en la planta esto puede generar efectos negativos en la misma, los cuales pueden causar que la llegada de las flores nuevas se retrase más de lo normal y que también se deterioren. Lo más recomendable es deshacerse de las flores que van muriendo.
Mantener la planta saludable es esencial, por esta razón es muy importante cortar el tallo utilizando un cuchillo o unas tijeras.
De igual forma, se deben cortar los ejes principales, este proceso se lleva a cabo para que la amarilis se fortalezca y así en el momento de su floración cada una de las flores sea tan vistosa como el primer día.
Otro de los elementos fundamentales, especialmente cuando se trata del florecimiento de la amarilis, es la iluminación. Por esta razón, es importante que se plante en un sitio en donde pueda recibir la luz solar de una manera indirecta.
La amarilis no requiere de una completa exposición a la luz del sol, de hecho, exponerla de forma excesiva puede causar graves daños.
Para apresurar un poco el proceso de floración se debe regar la planta todos los días.
La amarilis es del tipo de planta que necesita de suelos con niveles bastante altos de humedad para alcanzar todo lo que se requiera en su proceso de crecimiento. Sobre todo en la época de verano, donde se debe tener más cuidado con el proceso de riego.
Antes de regar, lo recomendable es revisar las condiciones del suelo, si este se encuentra casi o completamente seco entonces se debe proceder a regar la tierra que se encuentra alrededor de la planta, evitando que se mojen las hojas y el bulbo.
Es recomendable realizar el riego en las horas menos calurosas, debido a que si el agua está caliente puede dañar a la planta.
El suelo debe mantenerse bastante húmedo, pero no inundado. Si el suelo donde se plantó la amarilis no cuenta con un drenaje adecuado, entonces las raíces podrían pudrirse debido al exceso y acumulación de agua.
Una de las recomendaciones más importantes para lograr el buen crecimiento y floración de esta planta es aplicar abono por lo menos una vez cada dos semanas. El abono le aporta la cantidad de energía que necesita por medio de los nutrientes que el mismo le otorga.
Existen diversos tipos de abono, por esta razón, es muy importante tener conocimiento sobre el tipo de planta para mejorar el aporte de los nutrientes.
Nunca se debe aplicar más abono de lo que se indica en las instrucciones, si lo haces, la planta corre el riesgo de dañarse y morir. Durante la época de verano se puede ver cómo crecen nuevas hojas y como toman una coloración un poco más oscura.
Las hojas de la amarilis deben tener el mismo trato que se le da a sus flores. Cada vez que estas se marchiten y mueran se deben retirar lo más pronto posible.
En la temporada de invierno es donde se resguarda mejor esta tipo de planta; es muy importante evitar la exposición a temperaturas que se encuentren por debajo de los 10°, esto es para que no padezca los efectos que producen las fuertes heladas y también el tiempo demasiado inestable.
Una vez que haya finalizado la época de invierno y la primavera se aproxime, es cuando se puede sacar nuevamente la amarilis al exterior para esperar a que inicie su proceso de floración una vez más.
Es muy importante que se revisen los bulbos para asegurarse de que se encuentran en perfectas condiciones, de no ser así, entonces es prácticamente imposible que vuelva a florecer. Para revisar los bulbos es necesario colocar la mano por debajo de la superficie del suelo para apretar de forma delicada el bulbo.
Si al tocarlo su textura es demasiado suave, lo más probable es que se haya podrido y no se pueda volver a utilizar, por lo que se debe reemplazar por otro.
Antes de trasplantar una amarilis es muy importante hacerlo con mucho cuidado, ya que sus raíces suelen ser demasiado frágiles, incrementando así el riesgo de que la raíz se rompa o se muera después del trasplante.